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José Moreno Losada

De lo divino y lo humano

Removerse por dentro -Día del padre-

“Removerse por dentro… la figura de José

Resultado de imagen de san joseHoy festividad de S. José, me regodeo en la figura de mi patrono y dejo que entren dentro de mí hechos de vida que me ayuden a festejarlo con profundidad. Lo hago con el marco de la paternidad también celebrada al hilo de su persona en la relación con Jesús, de quien fue padre putativo –de ahí lo de PePe-.  Esa figura evangélica que sobresale por no sobresalir, por actuar en lo callado, buscando facilitar las cosas haciéndolas  lo más amables posible para los otros, evitando el sufriry facilitando lo agradable de una relación sincera y entregada sin pedir nada a cambio. Me viene a mi interior anécdotas de ayer mismo que se mueven dentro de mí pidiendo reflexión y contemplación orante y creyente.

El grano de trigo y la casa de Gloria

Ayer el evangelio nos proponía reflexionar sobre Jesús ante su muerte, la forma de entender su vida y abrirse al riesgo sintiendo peligrar su vida por aquellos que no le aceptaban y no querían saber de su reino de amor y de paz. Tan sencillo como siempre Jesús hablaba del vivir y del morir con la parábola del grano de trigo, esa observación tan profunda y tan natural. Si el grano no cae en tierra y muere no da fruto, pero si se entierra y muere da mucho fruto, y la aseveración radical y real de que el que quiera guardar su vida la perderá y el que esté dispuesto a entregarla la ganará para siempre. Un lenguaje entrañable más que lógico y amoroso más que comercial.

Y al hilo de este evangelio y de la homilía que había de pronunciar me abrí a lo que el día me propiciaba. Ir más temprano a la parroquia porque el maratón-video- podía después jugarme malas pasadas con los recortes de circulación, café en hospital Clideba que era lo que estaba abierto por mi zona, encuentro con jóvenes que van a celebrar su matrimonio en junio y vamos a preparar su celebración con cuidado y mimo para que sea desde la vida, y camino a la residencia de mayores a celebrar la Eucaristía. La imagen puede contener: 1 persona, sonriendo, gafas e interiorAllí antes de comenzar, me saluda con cariño Gloria –sacristana de lujo- que agradece a Dios profundamente sus noventa y dos años, me cuenta que la vida es lo de cada día, que ella no vive del recuerdo de su casa como muchos, que no la olvida pero no tiene pena, porque la vida no es la casa, sino tu persona y tienes que buscar lo que a la persona más le conviene. Ahora su casa es la residencia y da gracias a Dios por todo lo que en ella le facilita la vida y se la conserva con tanto cuidado. Este detalle me sirve para iniciar la homilía en la parroquia, me sirve como punto de partida: dejar la casa para tener más vida y poder darla.

Una homilía del vivir y del morir

En la homilía hago referencia al guardar la casa o entregarla, vivir de una manera o de otra, facilitar y servir. La propuesta de Jesús es sembrar cada día con fecundidad, hacer lo que hacemos pero con consciencia, porque lo importante no es lo que hacemos sino cómo lo hacemos, desde qué amor y qué filosofía, así vivimos y vamos aprendiendo a morir esperanzados. Aludo a experiencias de vida de la propia parroquia en la que vemos personas que saben vivir y morir al mismo tiempo, que dan la vida en lo cotidiano: acogida de los mayores cuando son dependientes, madre con sus tres hijas, padres de los usuarios de Aspaceba y Apnaba, profesionales dedicados con alma y vida a sus labores, personas que piensan en los demás y tratan de facilitar al máximo la vida de los que les rodean, ricos en relaciones entrañables y sinceras,  transparentes y cálidos, serenos y amables, profundos y silenciosos… granos de trigo que se entierran, se pudren y dan fruto en abundancia para que otros coman el pan de la vida.

El eco: un grano de trigo… parábola viviente

Tras la eucaristía, aun sin desvestirme de las ropas litúrgicas, un señor quiere hablar conmigo aunque sea un minuto, entramos en el despacho y allí en el silencio escucho el eco del evangelio como no podría imaginarme. Las palabras que he dicho, le han removido por dentro y no puede marcharse sin compartir su oración. Su historia familiar le hace evidente la parábola evangélica, su padre es ese grano de trigo que silenciosamente, cae en tierra, muere y da fruto. Nunca pensó en él mismo, fue el nudo de toda su familia, con hermanos y primos, su esposa enfermiza fue siempre cuidada por él. El hijo, siendo único, a los 20 años ya estaba fuera por motivos profesionales y tardó en volver más de 20 años. Cuando se hicieron mayores y notaron debilidades, organizó todo para estar en una residencia y no ser carga para el hijo, dada la enfermedad de la madre. Los dos fueron ingresados en el hospital al mismo tiempo, agravados en su enfermedad, y recuerda perfectamente cómo el padre pidió ir a la habitación de la madre, allí la besó y se despidió de ella, diciendo que eran la última vez que se veían, en la vuelta a su cama le dijo a su hijo que no se preocupara, ya nos vamos, estate tranquilo. A los dos días falleció él, dos días después su esposa. Nunca podrá olvidarlo.

Continuar la parábola y el sentido, morir para vivir

Ahora le toca, vivirlo a él, tiene que acompañar a su esposa en una enfermedad depresiva que lleva ya más de cuatro años, ahora tiene que ser él el grano de trigo, facilitar, enterrarse, alegrar, acompañar, animar, sostener, sufrir, pasear, esperar, confiar, ser referente para sus hijos que a veces no tienen la misma mirada, como él no la tenía hace muchos años. No puede no hacerlo, siente la necesidad de perpetuar el sacramento de su padre, él es fruto de esa entrega paterna y quiere ser así como su padre, alguien entregado en vida, que piensa más en los demás que en sí mismo y que le da sentido a su vivir diario entregándose de corazón, con entrañas, con las mismas que hoy se le han removido al escuchar el evangelio y recordar vivamente las entrañas de su padre querido.

La imagen puede contener: 2 personas, personas sentadasFeliz día del padre a todos. Y sigo con mi cantinela: “lo que dice el evangelio no es verdad porque lo diga el evangelio, sino que el evangelio lo dice porque es la verdad en la vida”. Y nunca olvidaré a mi padre partiendo el pan en la mesa a trozos para nosotros, como si fuera su vida, y cogiendo siempre él el ultimo.

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Sobre el autor

“Entre lo divino y lo humano, pero sin fronteras entre lo uno y lo otro, va deambulando mi vida de cada día, como la de todos. Me muevo como ciudadano de a pie en la ciudad secular, como hermano en medio del mundo y como oveja-pastor en el ámbito eclesial, y no soy más que puro intento de una identidad en estos caminos de lo humano y de lo divino. Abro este blog con el deseo de seguir siendo encuentro y, ojalá, para abrir los ojos, con todos vosotros, a lo trascendente y lo inmanente de nuestra historia cotidiana." Pepe Moreno Losada, nacido en Granja de Torrehermosa en 1958, ahora –ya mayor- sacerdote en Badajoz y profesor en la Facultad de Educación de la Universidad de Extremadura.


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